MI RECONSTRUCCIÓN PERSONAL

La recuperación que deben realizar las personas que han sufrido una situación de acoso es un proceso que implica numerosos apoyos. Las relaciones sociales, los vínculos familiares y las ayudas de profesionales externos resultan de vital importancia para lograr el reestablecimiento del bienestar de la persona. Este artículo de Laura Quiun que os dejamos a continuación habla de todo ello, con un final que anima al empoderamiento y a la lucha personal.

Gracias Laura.

Grup7psicòlegs

 

Laura Quiun | 3 mayo, 1:47 am

Digo reconstrucción profesional, pero comienzo con mi reconstrucción personal

El título de estos artículos va más allá de poner en primera persona una experiencia que afecta a muchas personas. La intención del mismo es la de reflexionar sobre la importancia que tiene tras la experiencia el poder situar como primer objetivo la recuperación personal.

Como indique antes esta experiencia mina, no se trata de la mayor o menor fortaleza con la que se cuenta, se trata de algo más fuerte que hace trastabillar incluso más a quienes cuentan con un fuerte sentido de coherencia interna.

Ante todo esto contar con un apoyo social adecuado resulta vital. Es algo deseable por los beneficios que aporta. La forma como el impacto de los acontecimiento decrece gracias a él es importante y está ampliamente contemplado en diversos estudios científicos. Sin embargo, ¿qué ocurre cuando carecemos de él?

Las circunstancias pueden ser varias, por ejemplo estar alejado de nuestro grupo de referencia, o pertenecer a un entorno con bajo apoyo social; es decir, contextos donde las relaciones interpersonales sean difíciles.

Si bien es cierto que el acoso laboral conlleva una ruptura del sentido de pertenencia, el formar parte de este tipo de entornos, puede conducir a que quien sea participe de ellos haya optado incluso antes del acoso por el aislamiento como una forma de respuesta frente a los mismos, y ante el mismo esta opción resulte una respuesta natural.

Escuchar sin juzgar

En otros casos quizá el grado de amor que tengamos por nuestra pareja o nuestra familia sea tan grande que no queramos compartir aquello que sucede por miedo a hacerles daño. Ya sea por el grado de responsabilidad que se tenga en el núcleo familiar, o por miedo a romper esa imagen ideal que se quiere proyectar, algunas personas ocultarán la situación y harán como si nada pasase, dejando que la procesión vaya por dentro.

Para otras personas, el reconocer como suya esta situación y hacerla pública implicará un sentimiento de vergüenza, ilógico para quienes puedan verlo desde fuera, pero fuertemente afianzado. El miedo a romper expectativas ajenas y el miedo a que dirá la gente y como esto afectará a los miembros de la propia familia, serán cuestiones que primen más que el propio bienestar.

Desde fuera, es fácil elaborar un juicio de valor y posiblemente pensar en todo ello como algo ilógico, pero entender la emocionalidad de quien está viviendo la situación y escuchar sin juzgar aquello que motiva a actuar de este modo, en ocasiones puede ser un objetivo a parte para quien vive este problema.

Las relaciones en el interior del núcleo familiar muchas veces se resienten. No todas las parejas tienen la capacidad y la habilidad emocional para poder sobrellevar este tipo de problemas.  A algunas les sobrecarga, otras son incapaces de entender los cambios que se producen en el estado de ánimo de la persona con la que viven.

Hay personas que después de haber vivido la experiencia del acoso no han vuelto a tener una vida de pareja. En este contexto es indudable que los hijos de quienes vivan esta situación, si se tienen también, sean afectados por esta situación.

Si este es tu caso, ¿qué hacer?

En primer lugar, saber que esto no te hace culpable de que ocurra el acoso, son dos cosas distintas.

Segundo, el buscar apoyo externo puede ser una buena solución si careces de este soporte. El apoyo psicológico puede ser una primera opción, al mismo tiempo que los espacios asociativos de personas que hayan vivido lo mismo y puedan aportar con esa escucha, y acompañar a lo largo de los distintos pasos necesarios para poder poner fin a esta situación.

El poder tener contacto con este tipo de grupos, en los cuales sentirás que no eres el único que ha vivido esto y tomar contacto con personas que salieron de ello, te permitirá acceder a recursos para identificar tu mejor solución, al mismo tiempo que contribuirán a restaurar el sentido de pertenencia, y apreciar que a pesar de tanta injusticia existen personas benévolas que, a pesar de todo, velan por el otro.

Laura Quiun

Una oportunidad para repensar nuestras relaciones

Las personas nos relacionamos entre nosotras de distinta manera, es algo que aprendemos desde pequeños y según vamos creciendo a través de las diferentes relaciones que establecemos en nuestra vida. El desmenuzar las características de nuestro entorno por desmenuzar, puede resultar contraproducente porque puede conllevar a que tu atención se centre en aquellos aspectos más adversos, y que como producto de este análisis quedes atrapado en un profundo pozo sin fondo.

Puede resultar fácil elaborar juicios de valor con respecto al origen de estas relaciones, pero también puede reabrir antiguas heridas y producir enfados.

Al realizar esta revisión, puedes descubrir qué te hace bien, y qué no, qué está en nuestras manos para hacer las cosas de forma diferente y así asumir la responsabilidad de nuestra vida.

No es agradable, pero el haber vivido estos acontecimientos puede ser la oportunidad para repensar el tipo de relaciones que tenemos y la forma como nos gustaría relacionarnos. El perdonar es algo implícito en este proceso.

Posiblemente más de uno habrá leído a Marie-France Hirigoyen, al respecto, es una de las recomendaciones que plantea como punto posterior a la comprensión de los aspectos referidos a la agresión laboral, el poder ahondar sobre la forma como nos relacionamos.

Si has leído sus libros, estarás explorando posiblemente otro de los grandes apoyos con el que cuentan quienes padecen acoso: la lectura. El buscar información resulta útil. Los procesos psicológicos son complejos, y el poder conocer sobre ellos, permite entender más a fondo aquello que nos puede estar pasando.

La lectura es una gran compañía en el camino de conocer los límites y saber hasta dónde se puede llegar sin ir más allá de nuestras propias capacidades.  Este aprendizaje  es otra de las oportunidades que trae consigo el haber vivido esta experiencia. El mostrar debilidad, no es algo malo, sino la oportunidad de poder conectar con el mundo desde un sentido más humano.

Tener en cuenta al otro es importante, pero en ocasiones para poder hacerlo primero tenemos que sintonizar con nosotros mismos. La vida tiene distintos matices y la perfección para muchos es algo deseado, sin embargo la realidad es distinta, las relaciones que se establecen cuando se acepta la vulnerabilidad resultan más auténticas y sanas.

Viajar, mindfulness, yoga…

El permitirse explorar nuevas formas de hacer las cosas, aún en temas pueriles, será un aprendizaje que nos permitirá hacerlo con posterioridad en temas mayores.

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Viajar, si tienen ocasión, no sólo les dará la oportunidad de acercarse a nuevas personas y conocer otras formas de ver el mundo, sino también de actuar y de responder a las distintas demandas del día a día.

Si no tienen esa oportunidad, contactar con grupos de personas distintos a los habituales puede ofrecer esta misma posibilidad. La práctica del mindfulness y el yoga puede ser igualmente beneficiosa.

Si te das la oportunidad, cuando haya acabado todo puede ser el espacio de reencuentro con aquellas cosas que en algún momento se dejaron atrás por las circunstancias del día a día. Puede ser a su vez la ocasión de un reencuentro personal en el que volvamos a sintonizar con nosotros mismos, lo cual repercutirá en la forma como nos relacionemos nuevamente con los demás.

Es importante poder contar con un buen apoyo que sepa acompañarnos en este tipo de situaciones, pero mucho más saber que nosotros mismos podemos ser nuestro mejor amigo, aquel que tiene la capacidad de conducirnos a espacios y situaciones que resulten beneficiosos para nosotros mismos. Así como darnos palabras de ánimo ante este tipo de situaciones y de reconocimiento cuando hacemos algo bien.

Tenemos que ser capaces de ser la primera persona en ser amable con nosotros mismos, y entender dentro del sentido de amabilidad que en ocasiones no todo se puede, y que en ocasiones viene bien pedir ayuda.

Los hechos que has vivido son los que son, cuando mires hacia atrás verás en ello una experiencia más, de la cual si decides hacer por ti saldrás más fortalecido. Conviene tomar acciones directas: si un camino es aquel que puede llevarte a un mayor bienestar apuesta por él, no por soluciones alternativas. Si buscas apoyo, opta por el especializado.

Hay profesionales que pueden acompañarte en el proceso de explorar tus posibilidades futuras cuando todo acabe, pero para poder hacerlo bien es recomendable que recurras primero a quienes cuentan con las herramientas y el conocimiento necesario para poder sanar esas heridas que todo esto causa. Es tu salud recuerda, y en todo esto, tú estás primero.

 

 

LAURA QUIUN – Coach Ejecutiva por vocación. Formada en el Instituto de Coaching Ejecutivo CORAOPS. En la actualidad cursando doctorado en psicología referido a las personas que sufren acoso laboral. El crecimiento personal es algo que me apasiona. Como Coach, estaré encantada en acompañarte en tu proceso de empoderamiento, desarrollo y crecimiento tanto personal como profesional.

 

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