Peter Pan “no” quiere ser Garfio

Escribir sobre Peter Pan me ha motivado, es un personaje interesante, es relativamente novedoso y  seguramente aclarará dudas, que después de leer el apunte quedaran más despejadas. Habla sobre hombres que conocéis y las relaciones afectivas que establecen. Quiero compartir con vosotros la descripción, el interés psicológico y la afectación social que provoca la peculiaridad de está forma de entender el mundo y las relaciones amorosas. Un síndrome psicológico que afecta a una buena cantidad de varones jóvenes y adultos afectados por lo que Kiley denominó el Síndrome de Peter Pan.

¿Quién no conoce el cuento popularizado por Disney?. En 1953 el genial dibujante y animador traslado de manera espectacular la obra teatral de J.M Barrie de 1904 a las pantallas del cine. El argumento de la historia nos muestra a un joven que vive en el País de Nunca Jamás y que ha decidido no crecer y sólo jugar con una corte de niños como él -los niños perdidos-. Su mundo es jugar sin fin, vivir aventuras y no tener las responsabilidades adultas. Éste mundo está lleno de hadas, diversiones y piratas -Garfio, un niño perdido que ha crecido en el País de Nunca jamás, probablemente la proyección de Peter en el futuro-, Peter Pan convence a Wendy y a sus hermanos para que lo acompañen, estos acceden y así Wendy se convierte en la cuidadora de Peter y del resto de niños. De esta manera Peter consigue tener a su lado a una mujer que lo cuide incondicionalmente sin tener él que ofrecer nada a cambio, quiere vivir muchas aventuras y se resiste a vivir lo que él cree la aburrida aventura de la vida, llena de obligaciones, trabajos, familias etc… Campanilla es el hada buena que también tiene como fin y objetivo cuidar a Peter, es la otra niña -mujer de la historia, más independiente que Wendy-, y enamorada también de Peter. Así pues se conforma una familia ajena a las realidades del mundo donde vive Wendy, –el mundo real-, ello genera la envidia de Garfio que decide quedarse con Wendy para que sea la madre de los amargados piratas. Se establece una disputa por la fantasía, se alejan de la realidad.

La batalla está servida y Peter derrota a Garfio echándolo al mar donde un cocodrilo ahoga entre sus dientes al malvado Garfio, un niño que no supo crecer.

Llegamos al final dónde Peter niega a Wendy la propuesta de ella: acompañarla a su mundo, de viajar para vivir en un mundo real, a lo que con firmeza Peter rechaza para seguir viviendo aventuras si fin y sin compromiso, relacionándose por placer y sin motivos suficientes, levantándose con el día para acostarse al apagarse la luz, lo que seguramente le llevará a desperdiciar una vida plena y lo convertirá en lo que él mando al mar.

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Rasgos que definen el comportamiento del hombre Peter Pan, según su creador el Dr. Dan Kiley

         a- Parálisis emocional: sus emociones están atrofiadas. no se expresan de la misma manera que las experimenta. Sus dificultades para relacionarse de manera adulta con otras personas se hace evidente pasado un tiempo de conocimiento

         b- Dilaciones y postergaciones: durante la etapa de desarrollo, la victima joven atrasa las decisiones hasta que se ve obligado absolutamente a hacerlas. Su respuesta clásica es “no lo sé”. En su vida, sus objetivos son contradictorios y mal definidos, dejan para mañana la tarea de pensar en ellos.

          c- Impotencia social: tienen serias dificultades para establecer serios compromisos relacionales. Los impulsos tienen prioridad sobre un autentico sentido de lo correcto y lo incorrecto. Prefieren los amigos a las demostraciones de amor e interés por la familia.

          d- Pensamiento mágico: suelen imaginar que no pensar en los problemas es una forma de solucionarlo. La cosas se solventan sin hacer nada. La magia mental les dificulta mucho admitir sus errores y por tanto pedir perdón, decir lo siento y lo que resulta más importante ser capaces de modificar para no repetir.

                         e- Relación con la madre: tienen una importe ambivalencia emocional con sus madres, siempre hay tensión cuando están con ellas. La ira y la culpa están presentes de manera constante en su relación materno-filial.

                         f- Relación con el padre: esté suele estar desaparecido en su mente. Desea que esté presente pero ha decidido que no puede recibir su amor, ni su aprobación. El adulto PAN lo sigue idolatrando aunque no es capaz de comprender las limitaciones de él y no acepta sus defectos.

                         g- Fijación sexual: su inmadurez emocional dificulta muy seriamente las relaciones con chicas o mujeres.

Para A. Bolinches, “El hombre Peter Pan es un niño herido desde la infancia. Se siente abandonado y no lo acepta. Se refugia n su mundo de fantasía porque es incapaz de afrontar el dolor que le produce no sentirse querido por sus padres, por eso busca ser querido en clave infantil, sin ser capaz de comportarse de la manera adecuada para ser amado como adulto…” Le cuesta aceptar la vida sin aventuras. “Pan es bueno y arriesgado, pero es, al mismo tiempo inmaduro; por eso es capaz de hacer grandes gestas siempre que eso no implique el compromiso de asumir consecuencias”

RASGOS DEL HOMBRE PETER PAN

Los rasgos básicos están influidos por los déficits o carencias que afectan a estos jóvenes y que podría resumirse siguiendo a Bolinches en:

  • Déficit afectivo

  • Déficit escolar

  • Educación permisiva

Con estas deficiencias podemos resumir en cinco puntos el comportamiento y los rasgos básicos

  1. Mantiene un alto grado de necesidades afectivas

  2. Posee un exceso de egocentrismo y narcisismo

  3. Tiene una escasa resistencia a la frustración

  4. Desarrolla poco la capacidad de autocrítica

  5. Presenta dificultades para aceptar relaciones de igualdad con el otro sexo.

Estos rasgos mantienen e incrementan las necesidades. Las necesidades afectivas le obligan a sentirse y buscar imperiosamente que lo quieran, se enamora con facilidad sin pararse a pensar si se enamora de la persona adecuada o si la relación es posible. Establece relaciones en desigualdad y de poco compromiso.

Su egoísmo le autocentra, no piensa en los demás, le resulta muy complejo situarse en el lugar del otro, ello le dificulta establecer relaciones de igualdad ya que estas pasa por la satisfacción de sus necesidades.

No acepta el no, la frustración o que deba esforzarse por conseguir algo. Su es fuerzo es la conquista su desencanto el mantenimiento, la construcción positiva. Nunca se critica y si a los otros, desplaza sus responsabilidades y culpabiliza a los demás de sus problemas.

 

QUE SIENTE UN HOMBRE PETER PAN

Podríamos pensar frente a todo lo expuesto hasta aquí que el varón Peter Pan lucha por seguir siendo un feliz niño al que le da miedo crecer, y por tanto se esfuerza en evitar el desarrollo normal de la madurez, pero no es así. El hombre Peter Pan vive ajeno a su estructura de personalidad, desconoce en la mayoría de los casos lo que le ocurre, se esfuerza por ser feliz, pero no encuentra la manera de hacerlo de una forma constante, sólo obtiene retales de paz, de placer y se muestra siempre con la constante obligación de perseguir sueños, quizás los que relataba Barrie en el País de nunca jamás. Los hombre Peter Pan, no son víctimas –según mi criterio-, pero tampoco son verdugos. No buscan amargar la vida a sus parejas, a sus familias, a sus padres o a sus amigos, buscan la felicidad de ellos, pero les resulta imposible involucrarse de una manera adulta en estos proyectos.p008

Si les preguntamos, a ellos, nos contestan que lo intentan, que lo único que les preocupa es que los que están a su alrededor sean felices, y quizás ahí se equivocan, buscan ser queridos a toda costa y por quién sea, sin darse cuenta de lo que realmente ellos desean. No saben querer por que no han sido queridos lo suficiente, no es excusa, sólo es una causa. Quieren querer, entregarse, formar un proyecto sólido, pero abandonan sin saberlo. Se amargan y consiguen amargar a las mujeres que los quieren. Se cansan de ellos y ellos sólo obtienen la confirmación de que no son queribles. Pueden ser Don Juanes en sus “mejores versiones”,  carecen de la falta de empatía  y sucumben al sufrimiento de querer con indiferencia, desean y aman  pero su estructura les dificulta. Deben luchar por romperla, por desechar sus ambivalencias, sus desamores y la culpabilidad que les mantiene en batalla con el mundo y las relaciones amorosas.

La falta de conciencia real de lo que les ocurre hace que el hombre Peter Pan recurra a innumerables Wendy’s, cuando su resolución pasa por dejar de volar en su mundo, ellas les proporcionan equilibrio, pero en algunos casos quieren conseguir que Peter crezca más deprisa de lo que puede, Bolinches afirma con rotundidad “primero se quiere y luego se puede, si es que se puede”. Y Peter quiere, pero no sabe, no acierta a ser valiente, lo es como en el cuento de Barrie y Disney, se juega la vida sin darse cuenta de lo que se juega, y cuando no es tan arriesgado y aparece una “aventura menos arriesgada” se extraña de su incapacidad para adaptarse a la normalidad de la vida adulta.

No sintáis pena por ellos, no los disculpéis lo único que ellos os piden es que los intentéis comprender y si no es posible, lo mejor para vosotras es que os alejéis. Algunos seguirán luchando por crecer y otros seguirán volando buscando aventuras, esperando no convertirse en un Capitán Garfio, algo que por desgracia ocurrirá si no ponen remedio a tiempo.

CÓMO LOS PODEMOS AYUDARLES

En el prefacio de Kiley de su libro “El síndrome de Peter Pan” el autor nos indica cual es una buena manera de poder ayudar a los hombres afectados de lo que denomina SPP, aún sabiendo que quien más va a ayudar a crecer es el propio sujeto.

“Si usted es una esposa, una amante, un padre, un abuelo o sólo un amigo o una amiga, puede ayudar a la victima, no importa su edad. Mientras trata de entenderlo, recuerde: ame al niño, porque él no se ama a sí mismo, crea en el hombre, porque él no cree en sí mismo, y sobretodo escúchelo porque él no se escucha a sí mismo. Para superar su afección, él debe recorrer la distancia mayor del mundo: la que hay entre su boca y sus oídos”

Bibliografia

Peter Pan puede crecer. Ed Gruijalbo. Antoni Bolinches

El síndrome de Peter Pan. Ed Vergara. Dan Kinley