SAP, SINDROME DE ALIENACIÓN PARENTAL

       

           El SINDROME DE ALIENACIÓN PARENTAL (SAP), término acuñado por Richard Gardner en 1985 para describir sus impresiones clínicas en casos que él creía que era de alegaciones falsas de abuso sexual infantil. Para él, el SAP,  “…es una campaña de denigración del niño contra un progenitor originada en el “lavado de cerebro” hecho al niño, por otro progenitor no custódio, para denigrar al primero, y contribuciones inventadas del niño en soporte de la campaña de alienación del progenitor”….

 

            El tratamiento que recomienda, es…” transferir la custodia del niño, del progenitor custodio al progenitor rechazado para desprogramar al niño. Esto puede requerir cuidado institucional por un periodo transitorio de forma que se prohíban todos los contactos, incluso llamadas telefónicas entre el progenitor primario y el niño durante dos semanas por lo menos. Sólo después de la reprogramación puede el niño lentamente ser reintroducido al progenitor custodio primero a través de visitas supervisadas”…

 

            A pesar de que el marco teórico de Gardner es absolutamente deficiente, y carente de rigor científico, sus premisas han sido utilizadas tanto en Estados Unidos como en España, por profesionales de la Psicología, de la Psiquiatría y dentro del ámbito judicial. La utilización del SAP en juicios ha otorgado la custodia de hijos a padres abusadores y maltratadores basándose en quejas de madres supuestamente “alienadoras” a quienes se ha retirado el contacto con los niños, sin tener en cuenta la necesidad y la integridad del menor. Este término, se ha llegado a extender tanto, que incluso se utiliza en el caso de que el niño, por capricho, no quiera visitar al otro progenitor.

 

            Antes de diagnosticar un SAP, debería tenerse en cuenta que: 

 

       El SAP no es un Síndrome médico

       Confunde signos y síntomas

       La etiología del SAP es legal, no médica

       El SAP confunde rechazo con psicosis y psicopatía

       Los criterios diagnósticos a los que se refiere, no permiten diagnosticar nada, son ambiguos e indefinidos.

 

            El Colegio de Psicólogos,ya ha alertado contra la mala práxis del término. Con ello, no quiero decir que en ocasiones, suceda que un progenitor, en caso de separaciones conflictivas, utilice el niño en contra del otro, denigrándolo,  pero no es lo habitual. Es necesario, que los profesionales, tengamos criterios claros para diagnosticar sin errores un SAP.

           

¿ CON QUIÉN CONECTAS ?

Me encanta la sensación de conocer a alguién y sin saber cómo parece que le conozcas de toda la vida. Te ríes de las mismas cosas, te das abrazos de los de verdad y muchas veces no hace falta hablar las miradas ya te dicen muchas cosas…

Me parece increíble, y me pregunto ¿ qué ha pasado? Si hace poco tiempo que nos conocemos. En muchas cosas de la vida, el tiempo nos da la razón, el tiempo nos ayuda a curar heridas, el tiempo nos sosiega, pero aquí el tiempo no tiene nada que hacer. Creo que es más una conexión, un algo que se siente y a partir de ahí todo fluye. Es como si tuviéramos un radar interno que capta una serie de características que nos hacen sentir a gusto y sabemos que vamos a conectar con esa persona. Sabemos que hablamos el mismo lenguaje.

No importa el tiempo que haga que no te ves o que no te llamas , que siempre parece que fue ayer, sigues igual de unido que al principio.

Al igual que estas relaciones para mi tienen un encanto , también lo tienen aquellas que evolucionan y maduran. Las primeras fluyen solas es como mágico, en cambio, las segundas son como un encaje de bolillos. El principio es como desangelado, no estás mal pero ves que no puedes ser tú, y el otro tampoco acaba de ser él. Es como que cada uno ve al otro pero con resistencias y eso no ayuda a aproximarse. En éstas si que es necesario el tiempo, tiempo para observar al  otro y ver lo que te aporta, tiempo para intentar ser natural, ser espontaneo , atreverse a ser como somos en realidad. Si con el tiempo conectas es como que los hilos se van entrelazando y sorprendentemente sientes que teníais más en común de lo que pensabas al principio. CONECTAS con quién creías que no podrías hacerlo. Acabas riendo de las mismas cosas, dándote abrazos de los de verdad y muchas veces no hace falta hablar las miradas ya te dicen muchas cosas…

Yo cuento con amigos que al principio no teníamos “aparentemente nada en común” y ahora nos une un gran cariño fruto de esta conexión.

Es normal no conectar con todo el mundo y no es necesario, porque si fuera así ¿qué tendría de especial?

 

Dragones y Rosas

            23 de abril. Ramblas de Barcelona. No imagino mejor recorrido. Huele a papel impreso, tapas duras, libros que se acomodan a  manos deseosas de abrazarlos, de curiosear entre los pliegues ordenados de los editores. Tentaciones que llevan la vista al final del libro, como acabará. Censura, represión…paciencia, sugiere a la vida. Gente que baila alrededor de los puestos, donde dormitan los libros a la espera de unos ojos que los descubran, se crean espacios, se juntan cuerpos y desde la lejanía se podría intuir un abrazo colorista.

            Miles de propuestas, de sueños transcritos, de experiencias vividas, de autores por descubrir. Qué bonito saber escribir. Que afortunados los que les podemos leer.

            Mas arriba, al andar, el olor se torna más dulce, nuestra nariz se impregna del poder de la tierra, de la creación, del colorido, de la pasión, de la amistad, del compañerismo, de la fraternidad…cada rosa un color, cada apetencia de una forma, cientos de deseos puestos en una flor, expresiones teñidas, emociones con forma y olor.

            Todo ello es Sant Jordi.

            La leyenda del caballero que salvó a la princesa del terrible dragón que atemorizaba la comarca. Ella fue la elegida. Pero no mereció “la suerte” de las fauces del lagarto, la espada del caballero lo impidió.

 

            Hoy todo esto se une. Colorido, amor, amistad, lectura, valentía y sacrificio. La vida misma se ve en un paseo desde el mar hasta la montaña. Se siente y deberíamos disfrutarlo. Hoy es un buen día para dejarse llevar por la tradición, ya sé que muchas personas opináis que no hace falta la señalización en el calendario para expresar sentimientos ni para hacer regalos; pero yo pienso que porque resistirnos cuando todo lo favorece, vamos a ir contracorriente cuando lo fácil es fluir a favor, dejaros llevar por el olor del papel, por la forma de la rosa y por una tradición que lo único que nos pide es que seamos generosos con nuestros sentimientos.

 

            Desde Grup 7 os deseamos un feliz día de Sant Jordi, estés donde estés, en cualquier parte del mundo  el dragón puede ser vencido por la Rosa.

 

FANTASIAS SEXUALES

 

Se define a las fantasías sexuales como “cualquier imagen erótica o sexual que tiene una persona mientras está despierta- y, por lo tanto, tiene plena conciencia de ella-“

Las fantasías sexuales son posibles por nuestro circuito cerebral, el órgano más importante del placer es el cerebro. Al igual que es el asiento de nuestras emociones, también es el responsable de encender o apagar nuestra sexualidad. Si nos sentimos ansiosos, deprimidos o enfadados, la persona más atractiva del mundo no nos parecerá tal y ningún juego previo logrará excitarnos. En cambio, si nos sentimos bien interesarnos en el sexo y pensar en él, y sobretodo fantasear nos resultará excitante.

En la vida sexual, las fantasías son un aliado necesario y gratificante. Constituyen puntos de apoyo fundamentales para el despliegue del erotismo. Sin embargo, muchas personas suelen temer a sus fantasías sexuales, creen que si fantasean puedan desear llevar esas fantasías a la realidad y hacer algo que no está permitido por su propia conciencia. El hecho de que alguien imagine algo sexual, no presupone necesariamente que deba llevarlo a cabo. Una persona equilibrada suele discriminar cuando es conveniente dejarse llevar por la fantasía y cuando es necesario tener los pies sobre la tierra. A una gran mayoría de personas nunca se les ocurriría realizar un acto real de esas fantasías.

Estudios de la vida imaginativa de las personas en relación a su sexualidad han descubierto que las fantasías suelen ser uno de los elementos de mayor resistencia a ser compartidos con otros. El miedo, la vergüenza, el pensar que sólo uno es el que imagina “semejantes cosas” suele actuar de inhibidor de las fantasías y de su comunicación. La culpa empobrece la imaginación e incluso puede llevar a adoptar conductas sexuales opuestas a su fantasía por temor a ser descubiertas y criticadas.

Tanto hombres como mujeres tienen normalmente fantasías sexuales. Según estudios, el contenido es similar, sexo en una playa solitaria, en un bosque… La diferencia estriba en que las mujeres realizan guiones más elaborados donde los amantes son tiernos, románticos y manifiestan una profunda emoción en la historia. Las fantasías son una capacidad solamente de los humanos, es un gran recurso para disfrutar de una plena vida sexual siempre que la persona no tenga culpa, se angustie, se preocupe o se avergüence por tenerlas.

REFLEXIÓN SOBRE EL CUENTO DEL ELEFANTE ENCADENADO

 

La percepción que tenemos de las situaciones que vivimos influye directamente sobre nuestras emociones y nuestras conductas, de forma que no es una situación por sí misma la que determina lo que uno pueda sentir, sino la forma en la que interpretamos la situación o la realidad a la que nos enfrentamos. Como decía Epicteto (Hierápolis, 55-Nicópolis, 135), filósofo griego de la escuela estoica, nacido esclavo, Los hombres se ven perturbados no por las cosas, sino por las opiniones sobre las cosas. Como la muerte, que no es nada terrible —pues entonces también se lo habría parecido a Sócrates- sino que la opinión sobre la muerte, la de que es algo terrible, eso es lo terrible. Así que cuando suframos impedimentos o nos veamos perturbados o nos entristezcamos, nunca responsabilicemos a otros, sino a nosotros mismos, es decir, a nuestras opiniones (…)” (Manual, 5).

 

Nuestras opiniones o creencias sobre el mundo que nos rodea se forman a partir de nuestra experiencia biográfica, de lo que nos ha inculcado nuestro entorno más cercano (familia, escuela, grupo social, …), dependerá de la cultura a la que pertenezcamos y del contexto histórico-político-económico en el que nos desarrollemos como individuos. Estas creencias se interiorizan y, a menudo no son puestas en duda, sino que funcionan como automatismos. Como el elefante del cuento, atado a una estaca desde muy pequeño, y después de haber intentado liberarse en diversas ocasiones acaba creyendo que “no puede liberarse”. La percepción no es errada en ese momento, es un juicio basado en la evidencia, en la realidad, pero que no debería generalizar al resto de su vida. Esto es, la vida sufre cambios, como un río, que siendo siempre un río nunca lleva la misma agua… el elefante no aprecia su crecimiento y con él el incremento de su fuerza, más que suficiente para arrancar una pequeña estaca, sino que sigue creyendo que sigue siendo aquel pequeño sin fuerza, sin recursos … y ya no lo intenta más. Debemos esforzarnos en ser críticos con nuestras creencias más arraigadas, con nuestras representaciones de la realidad que pueden entorpecer nuestro crecimiento como personas y nuestro camino hacia una mayor felicidad o bienestar. Y sobre todo, no debemos amedrentarnos ante el mundo que se abre frente a nosotros cuando nos liberamos de nuestras estacas… de nuestras creencias irracionales…. El miedo a la libertad de la que habla Erich Fromm. Como apunta este autor “El hombre se ve obligado a elegir entre diversos cursos de acción (…). En lugar de una acción instintiva predeterminada, el hombre debe valorar mentalmente diversos tipos de conducta posibles; empieza a pensar” y es aquí cuando se manifiestan las influencias de nuestra cultura, de nuestro entorno. Y aparece el miedo, el miedo a la soledad, la angustia que provoca la incertidumbre… ¿Qué está bien y qué no lo está?, ¿Qué es lo correcto y qué no?, ¿Qué tiene valor y qué no?… . Debemos tener en cuenta que todos poseemos una capacidad de pensamiento crítico, el que hagamos uso de ella depende de nosotros. Es difícil, pero no imposible. Nos acomodamos a nuestra realidad como única posible, pero como dice el slogan “otro mundo es posible”, otras vidas son posibles… No existe un único guión vital al que nos encontremos definitivamente ligados, como apuntaba más arriba, la vida cambia, ningún día es exactamente igual al anterior, y en ocasiones, nuestra vida da un giro inesperado, y debemos readaptar nuestro guión de vida, nuestras creencias, nuestros esquemas cognitivos a esa nueva realidad, nunca al revés, sino lo que conseguiremos es frustración, angustia, tristeza y, parálisis, lo que condicionará no sólo nuestro presente sino también nuestro futuro … El elefante, una vez liberado de su estaca se verá obligado a olvidar muchos de los números acrobáticos (creencias irracionales) que le enseñaron porque ya no le serán de utilidad en su nueva vida y, deberá buscar dentro de sí los recursos de los que dispone y nunca supo de ellos; aprender nuevos y, muy probablemente, buscar la colaboración de otros iguales que le muestren la “otra” vida y, construir la suya propia, una vida íntimamente suya.

 

 

Bibliografía

 

Epícteto. Un Manual de vida. (Ed.) De Olañeta, J.J (1997), Palma de Mallorca.

Fromm, E (1947). El miedo a la libertad, Barcelona. Paidós.