LOS LIMITES DE LA SINCERIDAD
El juego de tu vida es un concurso que lleva ya casi un año emitiéndose, supongo que por haberlo visto o por oídas todo el mundo sabe de qué va. Por si alguién todavía no lo sabe es un concurso en el que se premia decir la verdad estilo “La Máquina de la verdad” que se hizo famoso con Carlos Carnicero. El concursante se expone a 21 preguntas de diferente dificultad pudiendo ganar como premio máximo 100.000 Euros. Y ya se han presentado como un millar de personas a las pruebas de acceso.
Hasta aquí la idea del programa no parece tan “sorprendente” como lo que es en realidad ya que las preguntas cada vez van siendo más intimas poniendo en evidencia pensamientos que todos podemos tener pero que es mejor que queden solo para nosotros.¿ quién quiere que su pareja sepa que ha podido tener deseos por otra persona? o ¿Qué no quiere trabajar con su suegro? Las preguntas van cada vez siendo más morbosas, claro que el concursante puede parar cuando desee.
Este concurso me hizo reflexionar sobre los límites de la sinceridad. Si todos dijéramos todo lo que se nos pasa por la cabeza, acabaríamos haciéndonos la vida imposible. Creo que es mejor preguntarse si vale la pena decirlo, si va a ser bueno para la otra persona o para mi? ¿si va a servir para algo? Si me han pedido mi opinión? ¿Si es un buen momento?
A veces puede ser difícil encontrar estos límites, a mi me resultan útiles estas preguntas. Con los temas delicados, la sinceridad necesita de tacto y de encontrar el lugar y el momento adecuado para que el otro nos pueda escuchar. Decir la verdad no significa que haya que decirlo todo, es mejor decir lo que se piensa pensando lo que se dice. No me refiero a que haya que mentir o ocultar por evitar el qué dirán o las críticas sino me refiero a la “transparencia ”. Quizá equiparar sinceridad a transparencia es lo que conlleva la dificultad , ¿si no soy transparente no soy sincero? Yo diría que si que soy sincero sin ser transparente .
Yo creo que hay diferentes maneras de entender la sinceridad : están las personas que en pro de una máxima sinceridad dan opiniones sin que se las pidan y quizá son comentarios que el otro no ha pedido ni quiere en ese momento. Están las personas que por el que dirán o por las críticas no se atreven a decir su verdad ( no asertiva) y aquellas que intentan buscar un equilibrio entre lo que decir y lo que no. Aunque sea a veces complicado me decantaría por buscar un equilibrio pensando que mi sinceridad acaba donde puede acarrear un sufrimiento injusto o inútil a otra persona.