EL METRO SE PARÓ POR UN SUICIDIO

La pasada mañana de viernes se ha parado el metro, nos han hecho salir y el conductor nos ha dicho que “ la línea de metro se había parado por un suicidio”. VIERNES, el día favorito de la semana para muchos de nosotros, alguién ha decidido poner fin a su vida.

Hemos salido todos apresurados buscando la manera de llegar a nuestro destino. Me ha llamado la atención que el metro se había parado por un SUICIDIO pero nosotros seguíamos corriendo. Claro que no conocíamos ni vimos a la persona que había puesto fin a su vida de esa trágica forma, ¿quién era? ¿ qué le hizo hacer eso? ¿ por qué ? Sólo fuimos testigos de su final. Qué duro acabar así …a pesar de la dureza o quizá por esa razón no dedicamos un minuto al hecho

Observe a la gente y pensé ¿qué nos pasa a todos? ¿no podemos parar un segundo? sentí escalofríos ante el hecho de que alguién hubiera sido capaz de quitarse la vida y de esa forma. El llegar tarde era una nimiedad ante lo que acababa de ocurrir. No podía molestarme, no eran causas técnicas, era una causa muy humana. Las caras eran de prisa, no creo que seamos insensibles sino más bien que nos hemos acostumbrado a llevar un ritmo de vida acelerado, corremos, hacemos… Paramos cuando la vida nos obliga porque enfermamos  o porque de repente tenemos síntomas de ansiedad y no sabemos qué nos pasa. Ya nos pueden bombardear con la importancia del espacio propio, de la relajación, de desconectar, que ponemos la excusa de que no podemos perder el tiempo. Yo intento “perder el tiempo un poco” porque de esta manera se aprovecha y se disfruta más y mejor. En definitiva, el tiempo ni se gana ni se pierde (no es como el fútbol) simplemente pasa.

El desgraciado incidente de esta mañana me hizo reflexionar, me di cuenta de que incorporar pausas en mi ritmo hacen que  pueda sentir, permiten reflexionar y también desconectar. No interfiere en el ritmo de las actividades diarias, se puede incorporar sin que suponga un retroceso en nada.

Sería bueno concedernos un respiro para  que el ritmo de vida actual no acabe por asfixiarnos.

REFLEXIÓN SOBRE EL CUENTO DEL ÁRBOL

 

El cuento del árbol plasma de una forma simbólica y clara las consecuencias de no poner límites al amor. Si hablamos de las novelas románticas o las tragedias griegas no caben los límites pero si son necesarios para el amor de nuestros tiempos.

Hay personas que se implican en las relaciones dándolo absolutamente todo hasta el punto de quedarse sin nada, hasta el punto de no saber ya ni quién son. Como el árbol que se quedó sin frutos, sin ramas y hasta sin troco, se quedó sin su ser. Las personas dependientes emocionales son capaces de entregarlo todo y renunciar a todo por estar con la persona que aman. A pesar de que esa persona no les aporte lo que ellos desearían, el temor a sentirse solos y vacios es tan grande que hace que continúen con la relación.  

En el caso extremo que es el que ejemplifica el cuento, las personas pueden ir perdiendo todo aquello que daba forma a sus vidas, sus amistades, sus hobbies, su autoestima … todo por seguir teniendo a aquella persona a su lado. En todo este proceso se van autoengañando y no son conscientes de todo lo que dejan en el camino, además de no sentirse recompensados por la otra persona que como el niño del cuento puede tratarles despóticamente aniquilando su seguridad y su autoestima. Si no se han  sabido poner los límites saludables para una relación se corre el riesgo de que se acabe con la dignidad como le pasó al árbol.

Todo esto hace mella en la autoestima de la persona, en su seguridad, en su identidad… dejando una herida que necesita su tiempo para cicatrizar y para poder ver con claridad todo lo que le ha afectado esta relación. Este cuento evidencia la importancia de poner los límites para poder tener relaciones saludables. La vida dará más oportunidad para aprender, disfrutar ,crecer y evolucionar con las relaciones.

Para acabar, os dejo una reflexión de Goethe:

Nadie me dará el amor, la alegría y el goce de las felicidades que yo no siento dentro de mí. Y aunque yo tuviera el alma llena de las más dulces sensaciones, no sabría hacer dichoso a quien en la suya careciese de todo.

 

 

¿ De qué te alimentas?

Sabemos lo importante que es una buena dieta para nuestra salud. Nos han explicado los beneficios de la dieta mediterránea para nuestro organismo, las 5 comidas diarias, la importancia de la fruta y la verdura, beber agua…

Además de esta alimentación necesaria para que funcione el motor de nuestro cuerpo, también hay que alimentar a nuestra mente. ¿ Somos nutricios con nosotros mismos? ¿ Alimentamos nuestra vida de cosas positivas?

En nuestro lenguaje diario hay muchas expresiones referidas a la alimentación que las decimos de forma inconsciente, detrás de ellas hay un significado que sugiere muchas cosas.  Cuantas veces decimos : “se me ha puesto un nudo en el estomágo”, “no puedo digerir esta situación”, “me he quitado un peso de encima”, “no te trago”, “te comería a besos”… No sólo los carbohidratos nos alimentan sino también las emociones, todos habréis podido comprobar los cambios de vuestro cuerpo según como estáis, como te puedes sentir hinchado, deshinchado, vacío, lleno…

Tenemos que aprender a ser “nutricios con nosotros mismos” intentar alimentarnos de aquello que si que nos hace sentirnos llenos y satisfechos. Parece que no tenemos tiempo para lo que si que nos llena, entre el  trabajo, las cargas del hogar, las familiares…y un larga lista de obligaciones hacen que muchas veces nos olvidemos de las dosis de nutrición emocional : disfrutar de un café con un amigo, un paseo, un buen libro, una sesión de gimnasio,  una canción, un beso, unas risas…y más…Igual que las 5 comidas diarias necesitamos de estas dosis. Es importante conseguir un equilibrio entre obligaciones y deseos.

Si una persona no las incorpora en su vida puede correr el riesgo de utilizar la comida (o otras sustancias ) para sentirse llena y satisfecha. Llegando a comer para paliar tristeza, aburrimiento, soledad… siendo un comer emocional que aparentemente puede cumplir esta función pero sólo aparentemente.

Es importante además de llevar una buena alimentación ocuparnos también de esta “nutrición” para llevar una vida equilibrada en todos los sentidos.