REFLEXIÓN SOBRE EL CUENTO DEL ELEFANTE ENCADENADO
La percepción que tenemos de las situaciones que vivimos influye directamente sobre nuestras emociones y nuestras conductas, de forma que no es una situación por sí misma la que determina lo que uno pueda sentir, sino la forma en la que interpretamos la situación o la realidad a la que nos enfrentamos. Como decía Epicteto (Hierápolis, 55-Nicópolis, 135), filósofo griego de la escuela estoica, nacido esclavo, “Los hombres se ven perturbados no por las cosas, sino por las opiniones sobre las cosas. Como la muerte, que no es nada terrible —pues entonces también se lo habría parecido a Sócrates- sino que la opinión sobre la muerte, la de que es algo terrible, eso es lo terrible. Así que cuando suframos impedimentos o nos veamos perturbados o nos entristezcamos, nunca responsabilicemos a otros, sino a nosotros mismos, es decir, a nuestras opiniones (…)” (Manual, 5).
Nuestras opiniones o creencias sobre el mundo que nos rodea se forman a partir de nuestra experiencia biográfica, de lo que nos ha inculcado nuestro entorno más cercano (familia, escuela, grupo social, …), dependerá de la cultura a la que pertenezcamos y del contexto histórico-político-económico en el que nos desarrollemos como individuos. Estas creencias se interiorizan y, a menudo no son puestas en duda, sino que funcionan como automatismos. Como el elefante del cuento, atado a una estaca desde muy pequeño, y después de haber intentado liberarse en diversas ocasiones acaba creyendo que “no puede liberarse”. La percepción no es errada en ese momento, es un juicio basado en la evidencia, en la realidad, pero que no debería generalizar al resto de su vida. Esto es, la vida sufre cambios, como un río, que siendo siempre un río nunca lleva la misma agua… el elefante no aprecia su crecimiento y con él el incremento de su fuerza, más que suficiente para arrancar una pequeña estaca, sino que sigue creyendo que sigue siendo aquel pequeño sin fuerza, sin recursos … y ya no lo intenta más. Debemos esforzarnos en ser críticos con nuestras creencias más arraigadas, con nuestras representaciones de la realidad que pueden entorpecer nuestro crecimiento como personas y nuestro camino hacia una mayor felicidad o bienestar. Y sobre todo, no debemos amedrentarnos ante el mundo que se abre frente a nosotros cuando nos liberamos de nuestras estacas… de nuestras creencias irracionales…. El miedo a la libertad de la que habla Erich Fromm. Como apunta este autor “El hombre se ve obligado a elegir entre diversos cursos de acción (…). En lugar de una acción instintiva predeterminada, el hombre debe valorar mentalmente diversos tipos de conducta posibles; empieza a pensar” y es aquí cuando se manifiestan las influencias de nuestra cultura, de nuestro entorno. Y aparece el miedo, el miedo a la soledad, la angustia que provoca la incertidumbre… ¿Qué está bien y qué no lo está?, ¿Qué es lo correcto y qué no?, ¿Qué tiene valor y qué no?… . Debemos tener en cuenta que todos poseemos una capacidad de pensamiento crítico, el que hagamos uso de ella depende de nosotros. Es difícil, pero no imposible. Nos acomodamos a nuestra realidad como única posible, pero como dice el slogan “otro mundo es posible”, otras vidas son posibles… No existe un único guión vital al que nos encontremos definitivamente ligados, como apuntaba más arriba, la vida cambia, ningún día es exactamente igual al anterior, y en ocasiones, nuestra vida da un giro inesperado, y debemos readaptar nuestro guión de vida, nuestras creencias, nuestros esquemas cognitivos a esa nueva realidad, nunca al revés, sino lo que conseguiremos es frustración, angustia, tristeza y, parálisis, lo que condicionará no sólo nuestro presente sino también nuestro futuro … El elefante, una vez liberado de su estaca se verá obligado a olvidar muchos de los números acrobáticos (creencias irracionales) que le enseñaron porque ya no le serán de utilidad en su nueva vida y, deberá buscar dentro de sí los recursos de los que dispone y nunca supo de ellos; aprender nuevos y, muy probablemente, buscar la colaboración de otros iguales que le muestren la “otra” vida y, construir la suya propia, una vida íntimamente suya.
Bibliografía
Epícteto. Un Manual de vida. (Ed.) De Olañeta, J.J (1997), Palma de Mallorca.
Fromm, E (1947). El miedo a la libertad, Barcelona. Paidós.
Curiosa definición tiene la RAE de esta palabra, pero para él más normal de los mortales yo diría que es el conjunto de sensaciones que podemos experimentar a lo largo de nuestra vida, en un escaso e ínfimo instante, es el sol que acaricia nuestra piel y apenas nos paramos a pensar que lo hace, el olor a tierra mojada cuando llueve o se riega, el café recién hecho, el perfume favorito, sonreír cuando me acuerdo de cosas que me dicen con cariño, mi canción favorita, mis amigos verdaderos, una mirada comprensiva, trabajar con mi equipo favorito, mi trabajo mejor hecho, esa caricia que necesito no pedir y que algunos saben darme…,la comida de mi madre,el despegue y aterrizaje del avión, y ese largo etc de pequeñas sutilezas y como le dije a alguien un día “ ese algo utópico total que comprendía que eligiera lo real” y que a veces no podemos elegir o debemos reconducir la situación y valorar lo que tenemos cerca, que al esta inmersos en la vorágine diaria y en la rutina no apreciamos, y perdemos todos esos escasos momentos tan sutiles.
Debemos pararnos mas a disfrutar antes que la vida nos pare.
El tema es saber siempre que es lo correcto o no en cada momento, lo cierto es que cada día es una vida nueva para ser vivida y no tenemos guión, que lo tenemos que escribir a medida que pasan los minutos y las horas, sin saber que ocurrirá en el minuto siguiente, lo malo es que mientras pensamos esto desperdiciamos un tiempo precioso sin disfrutar las pequeñas y maravillosas cosas que la vida nos ofrece.
Liberarnos de las estacas es lo más difícil que nos toca, por suerte se cruzo en nuestro camino Roser en este “circo” de la vida, y creo que la opción no es equivocada ya que elegir liberarnos de las estacas es para personas con valentía, y hay personas que no se atreven nunca.
Y las preguntas finales que es exactamente la felicidad? Quien puede definirla.
Es cierto que las opiniones y creencias que marcan nuestra vida, o como mínimo sus inicios, están inculcadas por las personas que nos rodean pero, ¿cómo darse cuenta que no son las correctas? Hemos vivido bajo esas opiniones y creencias durante una gran parte de nuestra vida pensando que era lo más correcto, que en ellas estaban la verdad y hallariamos la felicidad.
Por lo que se refiere al elefante, creo que después de sentir la frustración al intentar liberarse de la pequeña estaca y no conseguirlo, tras intentarlo varias veces, desiste por no tener que volver a sentir dicha frustación una y otra vez ya que eso daña su ser. ¿Cómo darse cuenta que si lo vuelve a intentar podrá vencerla, conseguir la libertad y no sentir frustración?
Ciertamente la vida cambia, da giros inseperados y debemos adaptar el guión que teniamos establecido a esos cambios. Pero, ¿quén nos asegura que podamos encontrar la felicidad retocando ese guión? ¿No puede ser motivo de mayor frustración el comprobar que, pese a nuestros bien intencionados retoques, las cosas no son como hemos planeado? Y si toda la vida andamos retocando el guión, ¿quién nos asegura que podamos alcanzar la felicidad? ¿No sería menor el desgaste si nos acomodaramos a la situación pese a que no nos ofrezca felicidad que volver a sentirnos frustrados, angustiados,… por no conseguir nada de lo que anhelamos?
Bien es cierto que si los cambios que se realizan son positivos los esfuerzos habrán merecido la pena pero, ¿qué se le puede decir a un cuerpo y un alma cansados de cultivar y no recoger ninguna buena cosecha?
Admiro al elefante que no se dejó vencer y provó y consiguió liberarse de su estaca. Admiro a quien reconstruyó su guión y vive feliz. Pero, ¿qué sucede con quién hemos reconstruido nuestro guión y sigue siendo mediocre, sigue sin ofrecernos felicidad?
Sólo espero que algún día pueda ser ese elefante que se dé cuenta que ha crecido y que es más fuerte y pueda vencer y liberarme de la estaca que me tiene presa.
Nos acomodamos a nuestra realidad como única posible, pero como dice el slogan “otro mundo es posible”, otras vidas son posibles… No existe un único guión vital al que nos encontremos definitivamente ligados, como apuntaba más arriba, la vida cambia, ningún día es exactamente igual al anterior, y en ocasiones, nuestra vida da un giro inesperado, y debemos readaptar nuestro guión de vida, nuestras creencias, nuestros esquemas cognitivos a esa nueva realidad, nunca al revés, sino lo que conseguiremos es frustración, angustia, tristeza y, parálisis, lo que condicionará no sólo nuestro presente sino también nuestro futuro …
Pues eso Roser…que necesito que me ayudes a readaptar mi guión de vida…pq creo que otra vida mejor es posible para mí también…nos vemos el martes! un beso.
Eva