Maite
Hola a todos y felicidades a los que se han atrevido a contar sus experiencias
con psicólogos.
Estos señores/as, tienen una especialidad poco grata. No se trata del típico
médico al cual si te lo encuentras por la calle y vas acompañado lo
presentas…no, no nos gusta decir “te presento a mi psicólogo/a” porque
inmediatamente nos pueden mirar nuestros acompañantes con cara de “tiene
problemas mentales….serán graves? me puedo fiar?”
Nos avergonzamos de ir al psicólogo, es como reconocer que tenemos problemas,
es más natural tener problemas de boca, o sea, decir voy al dentista es más
natural.
Reconozco que antes de mi paso por el psicólogo, paso que no fue voluntario,
tuve mis dudas, fui pensando que perdería mi tiempo, que tendría que contar
cosas intimas que solo me pertenecían a mi, que me daban miedo compartir, sobre
todo me daba miedo no saber explicarme y ser malentendida.
Ahora pienso que todos debemos ir al profesional que necesitemos, sea dentista
o psicólogo, no es más importante tener la boca sana que la mente Si, he
dicho bien…la mente. Creemos que todo está bien allá arriba, pero muchas
veces necesitamos consejo, o que nos escuchen, no valen amistades o familia Hay
problemas que ni a nuestras parejas les contamos. Otra ventaja de ir al (para no
repetirme tanto les llamaré psico)
Psico, es que no te interrumpen para contarte sus problemas, algo que hacen las
amistades y familia. Quieres contar lo que te pasa y debes oír otros problemas
ajenos a ti. E psico te mira, te deja hablar, llorar, te observa y va anotando
en folios detalles que tú nunca entiendes, pero, que deben ser muy importantes,
y cuando esto ocurre, tu te atreves con disimulo a mirar para descifrar qué es
lo que anota, y para tus adentros piensas ( qué habré dicho?)
Hace tiempo que pisé por primera vez la sala del psico recomendado, Sergio, al
principio acudía semanalmente, claro, como estuve tanto tiempo sin ir, mi
terapia fue larga. Me costó abrirme y hablar de lo que me pasaba, quizás
porque ni yo lo sabía. Tenía una historia personal muy triste y siempre pensé
que mis altibajos se debían a ello. Allí descubrí, muy al final de la
terapia, que mis problemas eran muy viejos, que se remontaban a mi infancia Fue
como si mi vida hubiera sido un puzzle de piezas mal puestas, poco a poco Sergio
fue colocando cada una en su sitio, (alguna aún está descolocada pero es que
yo la guardé tanto que no la encuentro). Pero tengo que dar gracias por haber
tenido la suerte de encontrar a la persona adecuada para poner mi puzzle en
orden, no solo eso, sino que me ha enseñado a recomponerlo cuando se mueve.
Gracias Sergio, ya te lo he dicho antes y tu lo sabes, siempre te estaré
agradecida, no por haber hecho tu trabajo, eso ya te lo pagué, si no por haber
tenido el tacto y la generosidad de ayudarme siempre que lo he necesitado, ahora
en la distancia también.
Tu amiga murciana