Elisenda
Sóc pacient de Marga i vaig escriure un text en relació a una malaltia que vaig patir. Aquí us ho tramsmeto l’experiècnai perquè el pengeu al blog o feu el que creieu convenient.
Al mediodía entrevista con ella. Hablamos de lo que ha significado para ella el cáncer de mama. Llora, llora en varias ocasiones durante la conversación, a mí se me nublan los ojos con lágrimas también pero no caen, se mantienen en la línea, no porque yo oponga resistencia o no quiera llorar si no porque el sentimiento es comedido, sincero pero no desesperado. Me siento tranquila, observadora externa de un dolor que sé podrá sobrevivirlo. No siento rabia, ni pena, ni compasión… siento acercamiento, calma porque sé que llegará el día de la transformación, del aprendizaje, de la mirada externa. He sido consciente ante sus lágrimas, ante su mirada borrosa, que yo ya no soy la misma, pero ahora ya no me asusta no serlo, no me siento confusa. Por fin te sitúo delante como si fueras un cuadro abstracto: cada cual hace sus interpretaciones. En su día hice unas, las imaginé, inventé, reinventé y ahora que vuelvo a mirar el mismo cuadro ya no me asusto de las interpretaciones, dejo que fluyan, las siento, las pienso, me acompañan sin hundirme ni ahogarme. Sigo resignándome a preguntas sin respuesta pero ya no me importa no hallarlas. ¿Habré conseguido extraer la esencia? La cáscara que ya pensaba quebrada cae definitivamente dejando el fruto al descubierto. Da miedo quitarse la protección pero pesa, hunde, oscurece… Gracias por permitir que salga el fruto y gracias por darme espacio para engendrarlo. Ahora está creciendo, tomando forma, experimentando… Ya no busco discursos, me quedo con lo vivido aunque lo perciba a veces en forma de nube. Me he rendido a lo que siento como en su día hice con el dolor. No se trata de un abandono pero tampoco de una lucha, es más bien una aceptación: un aquí y ahora, mañana ya veremos. Y el ahora por fin llega cargado de experiencia, una experiencia que de momento, ya no pesa.