Aumenta el Acoso Laboral
El pasado día 7 de diciembre EL PAIS publicaba un artículo donde referenciaba el aumento de las denuncias por Acoso Laboral en Catalunya. El cual trascribimos a continuación y que refleja como cada vez en mayor número se afectan los derechos fundamentales de los trabajadores y como cada vez son más las personas que se atreven a denunciarlo. Joaquim Vilar , presidente de AVALC -asociación con la que colaboramos estrechamente- es mencionado en el artículo como referencia en Catalunya debido a su asociación y al trabajo de la misma.
Las denuncias por acoso laboral se han disparado un 60% en lo que llevamos de año, según datos de la Inspección de Trabajo de Cataluña. La entidad registró el año pasado 275 casos de empleados que consideraban que se había vulnerado su derecho a la intimidad y a la dignidad. En lo que va del año, los denunciantes ya ascienden a 439, seis veces más que hace dos años. La crisis económica ha enrarecido el ambiente en muchos centros de trabajo, afirman sindicatos y asociaciones. La tensión creciente ante un posible despido sacó lo peor de algunos y empujó a otros a aguantar y callar. Pero desde 2013, la cifra de empleados que se quitan la mordaza crece. Como Ernesto Tejeda, un repartidor de un franquiciado de una multinacional de paquetería que ha denunciado a la empresa por intentar “asfixiarlo” quitándole faena para que renuncie.
/ MASSIMILIANO MINOCRI Un dron vuela por el interior de las alcantarillas de Barcelona.
Tejeda conduce su furgoneta de lunes a viernes hasta su centro de trabajo y se queda sentado fuera de 9.00 a 14.00 y de 16.00 a 19.00, horas en las que debería comenzar y acabar su jornada laboral. Lo hace desde el pasado mes de abril, cuando reclamó que le pagaran lo que le debían y que dejaran de reducirle los pedidos, ya que gana de acuerdo a cuántos reparta. Asegura que desde entonces, sus compañeros tienen prohibido hablarle y en la compañía no le abren la puerta ni para dejarle usar el lavabo. Él exige a sus empleadores que le despidan para “poder respirar”. Ellos, que dimita.
El presidente de la Asociación de Víctimas de Acoso Laboral de Cataluña (Avalc), Joaquim Vilar, afirma que la situación más común de quienes tocan su puerta es aquella en la que se busca la renuncia del trabajador. “El acosador siempre tiene un fin: la baja o someter a alguien. Y con la crisis, hay muchos casos que a veces no constituyen acoso tal y como lo entiende la jurisdicción, que es injusta. Pero sí, situaciones de hostigamiento”, asegura.
Menos reparto
Tejeda trabajó cinco años en negro para l empresa recién llegado de Cuba porque no tenía permiso de trabajo. Cuando por fin regularizó su situación, le realizaron un contrato, “aunque me hicieron firmar una baja voluntaria sin fecha que no sé por qué no han usado”. Pero continuó cobrando en b la mayor parte del sueldo. Hasta que empezaron a reducirle los pedidos. “Pasé de ganar 3.000 euros a 859. Me han cortado la luz y el agua varias veces y quieren desahuciarme junto a mi mujer y mi hija de cuatro años”, lamenta. A esto se suman una denuncia al dueño del franquiciado por agredirle y otra por robo en su furgoneta, que al día siguiente de una discusión apareció con las lunas rotas, sin GPS y con un ramo de flores al lado de la puerta.
La secretaria de Salud Laboral del sindicato CC OO, Loly Fernández, considera que el aumento de las denuncias ante Trabajo se debe en parte a que el repunte del empleo de los últimos dos años ha hecho que la gente comience a perder el miedo al despido.
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